Jorge Castelo define el fútbol como: “Un juego deportivo colectivo cuyos jugadores están agrupados en dos equipos en una relación de adversidad / rivalidad deportiva, en una lucha incesante por la conquista de la posesión del balón. Los dos equipos, en enfrentamiento directo formal, son dos entidades colectivas que planifican y coordinan sus acciones para actuar unos contra otros y cuyos comportamientos están determinados por las relaciones antagónicas de ataque y defensa”.
“Conocer la lógica interna del fútbol supone un primer paso para conocer de manera pertinente la identidad de este deporte”. Julen Castellano.
Como afirman Teodorescu (60’ y 70’), Queiroz (1986) y Castelo (1994) el juego del fútbol es de naturaleza:
1.Estratégica: Con propósitos y objetivos generales del equipo que, actuando como colectivo, permite dotar al conjunto de una organización dinámica.
2.Táctica: Requiriendo intervenciones y soluciones en cada acción del juego. “Siendo a partir de éstas que se influye en la emergencia de nuevas configuraciones dinámicas subsiguientes”.
Partiendo de esta perspectiva, el partido de fútbol manifiesta para su correcto desarrollo, una dimensión estratégica que redimensiona los propósitos competitivos del equipo, una inteligencia táctica soportada por la percepción permanente (on – line) y directa sobre la información pertinente del contexto en que el juego se desarrolla. Estas dos dimensiones se expresan mediante acciones técnicas balizadas por un proyecto colectivo e imponderable que proviene de la aleatoriedad, imprevisibilidad y transitoriedad derivadas del propio juego, influyendo simultáneamente de forma decisiva, las condiciones emergentes de la nueva configuración táctica de la situación de juego subsiguiente (previsión el estado del sistema).
En virtud de la confluencia de un conjunto de elementos y cómo éstos se interrelacionan, la acción realizada en cada momento del juego es una actividad repetida pero al mismo tiempo irrepetible. La dimensión estratégica/táctica es aquella que emerge constantemente como agente capital en las decisiones/acciones de los jugadores y de los equipos, transformándose como el principio generador, regulador y conductor de todo el proceso de enseñanza/entrenamiento, dándole un sentido, una lógica y una inteligibilidad, la cual por sí sola no se manifiesta sin la interacción con la acción técnica (dimensión motora), de los factores energéticos de soporte y de los parámetros de contracción muscular (dimensión fisiológica), por los estados volitivos y emocionales (dimensión psicológica) y de las formas de relación establecidas entre los jugadores (dimensión social).
La periodización y planificación del proceso de entrenamiento en el fútbol, respetando las leyes del entrenamiento, tienen como dominante los métodos generales (desarrollando capacidades motoras inherentes a la modalidad) y específicos de entrenamiento (expresando condiciones de entrenamiento sectorial, intersectorial, competitivo, etc.), representativos del modelo que se pretende implementar, los cuales son soportados por diferentes niveles de complejidad y dificultad que derivan de las limitaciones estructurales (espacio, tiempo y número). Estos elementos será compatibilidades por regímenes con carácter energético (aeróbicos y anaeróbicos) y muscular (tensión, duración y velocidad) atendiendo a los componentes estructurales (volumen, intensidad, densidad y frecuencia).Siendo fundamental durante este proceso no invertir el orden jerárquico de los factores referenciados.
Jorge Castelo “Periodización, Planificación y Programación del Entrenamiento en el Fútbol».